La decisión de hacer de la guadua un objeto que fuera “reciclable” fue por sus propiedades versátiles que permitirían hacer un buen trabajo para hacer un producto útil con una fuente de recurso que aunque no es literalmente reciclable es un material natural y biodegradable, lo que nos permite que al ser desechado o des utilizado sea amable con el ambiente; además de las múltiples posibilidades de este que nos permitirían hacer búsquedas formales y tener elementos con excelente manufactura.

Inicialmente se pensó en hacer un pabellón; un elemento con círculos de diferentes diámetros que nos sirviera como zona de estancia y que igualmente permitiera hacer una indagación formal para tener un objeto escultórico en un elemento de mobiliario urbano que funcionara en las instalaciones de la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales y que al mismo tiempo del que se pudiera obtener la posibilidad para construcción en masa; durante el proceso el material no se comportó de la manera que pretendíamos, pues al ser un ejercicio intuitivo no se contaban con las herramientas y capacitación suficiente para la factura que se deseaba en el elemento, ya que los círculos exteriores para hacer la estructura eran materiales demasiado flexibles y los amarres poco eficientes para las cargas que debían soportar; adicional a esto se presentaron múltiples problemas de orden logístico que entorpecieron el proceso y dificultaron la finalización del mismo.